Enviado por Fernando Sánchez Resa.
Leído en el almuerzo celebrado en el restaurante «Asador de Santiago» el 16-12-2014.
Queridísima hermana Margarita:
Empezó tu docencia en la cochera,
de manos de un maestro de primera,
cuando eras tan solo una mocita.
Muy pronto, a esa muchacha tan bonita,
Fernando, en su señora convirtiera;
mas eso, no servía en tu carrera,
te llamaban, diciendo señorita.
Ya descansas de años de escolares,
de mamás con el moño muy bien puesto,
de consejo de padres, que son zares.
¡Cómo está la enseñanza!, me da pena;
te has librado, por fin, de ese contexto,
por eso, yo te doy mi enhorabuena.
José Latorre García.