Y el 17 de noviembre se hizo sábado cultural y festivo en Úbeda, donde el abanico de posibilidades para la diversión, la cultura, el esparcimiento… se ofrecía extenso y variado, por lo que todo amante de salir de casa para pasar un buen rato lo tuviese un tanto difícil. ¡Cuánta razón llevan quienes afirman que la capital de la Loma es también capital cultural de la provincia jiennense…!
Por eso yo me decanté por asistir a la presentación del libro Úbeda en Sefarad de José Ángel Almagro Alises, en el Auditorio del Hospital de Santiago, a las 21 horas. ¡Vaya un mes que llevamos ‑y lo que nos queda…‑ de actividad cultural en nuestra ciudad, pues tanto los fines de semana, como entre semana, la demanda -o mejor- la oferta es extraordinaria…!
A la entrada del auditorio había unas amables señoritas ofreciendo el libro en cuestión, a un precio más barato del que se venderá en librerías; y además regalaban -a todo comprador- otro librito de la Sinagoga del Agua, editado por el Olivo de Papel de Andalucía.
El acto comenzó un poco más tarde de la hora prevista, pues siempre los presentadores se entretienen con la prensa, los amigos y los conocidos. Al fin, subieron al estrado: Pablo Jesús Lorite Cruz, Doctor en Historia del Arte; el Alcalde de Úbeda, José Robles Valenzuela; y el autor del libro que se iba a presentar, José Ángel Almagro Alises; colocándose de izquierda a derecha, vistos desde el público.
El prologuista del libro, Pablo Jesús Lorite, fue escueto en sus palabras, pero muy sincero; vino a repetir -sucintamente- lo que ya dice en el prólogo: que es un libro denso sobre la huella hebraica en nuestra ciudad; que se puede leer seguido o a gusto del lector; y que su autor tiene mucho mérito pues, aunque no haya pasado por las aulas universitarias buscando el aprobado -o el sobresaliente- en cualquier Facultad de Historia, lleva treinta años en el estudio continuado de los judíos en Úbeda… Es un libro que dará qué hablar y que servirá de consulta y base para futuros estudiosos del tema, que irán a beber en esta fuente bibliográfica, pues lo ha elaborado como si fuese un estudioso del tema, aunque no tenga títulos universitarios para corroborarlo…
Después tomó la palabra José Ángel Almagro, dando las gracias a los asistentes al auditorio, en esta noche sabatina, pues, según dijo: «Es un tercio de entrada, pero como cada uno vosotros, de los que estáis aquí, valéis por diez, me siento plenamente satisfecho». Y, argumentando que iba a hacer una síntesis del libro valiéndose de cuatro folios ‑«chuletas», como él le llamó-, soltó una larga conferencia histórica de los judíos en el mundo, especialmente en Europa, España y, sobre todo, en Úbeda. Con una desenvoltura loable, del que sabe de lo que está hablando, porque lo ha querido durante toda su vida, pues lleva tres décadas haciéndolo como estudioso, viajero y empedernido comprador-vendedor de antigüedades… Hizo mención, durante casi una hora, a muchos temas, tanto históricos como curiosos o anecdóticos: mientras Toledo, teniendo un barrio judío, no tienen ni una casa que se conserve de los hebreos, Úbeda puede presumir de cinco y varios entramados de calles judías… Casi al final de su intervención, explicó “a boca jarro”, a los asistentes y al alcalde, su intención de pedir a la corporación municipal que ayude a sacar adelante su proyecto, mediante los permisos y las leyes correspondientes para que se restauren tres enclaves o zonas de barrios ubetenses que fueron judíos: cambiando cien puertas y otras tantas rejas para darle el sentido originario que tuvieron antaño, pues hay gente judía, de peso y dinero, que quiere invertir en Úbeda porque, al venir a visitarla, han quedado admirados de lo que aquí tenemos; y mientras, los autóctonos, como siempre, no sabemos valorarlo… Menos mal que él se ha propuesto -en vida- rescatar el pasado hebreo de nuestra ciudad y seguro que lo va a conseguir, a pesar de que, como él mismo dijo, haya un sector de la sociedad ubetense -de la que no quiso decir su nombre- que le pone zancadillas; pues incluso, cuando iba colocando pasquines de esta conferencia, ellos se los iban quitando y rompiendo… ¡Ah!, y piensa ir publicando otros ocho tomos de este mismo tamaño y calidad (con papel cuché, a todo color y con muchas fotografías…) para completar todo el haber judío en la Ciudad de los Cerros…
Para clausurar el acto, tomó la palabra el alcalde. Con un discurso breve, pero contundente, supo resaltar la valía y el coraje del autor del libro, tomando el reto que él mismo le había lanzado; y argumentando que, si esto sirve para que a Úbeda vengan más turistas y se generen puestos de trabajo consiguiendo una economía boyante, él, como alcalde, estará para respaldarlo, pues lo que quiere precisamente es eso: que, en estos tiempos de vacas flacas y problemas financieros, nuestra ciudad destaque y consiga que sus ciudadanos vivan mejor; que, en definitiva, la gente de fuera venga a visitarnos y se conozca Úbeda en todo el mundo. Él sabe que José Ángel es «terco como una mula y lo que se propone lo consigue…».
Finalizó el acto con la toma de unos delicados dulces sefarditas, a modo de cortaditos, regados con exquisito vino dulce que amenizaron la noche, haciéndola más meliflua y dichosa entre conocidos y amigos que departieron con la tranquilidad del deber cumplido. Se hace bueno el dicho popular: «El que regala bien vende, si el que lo toma lo entiende…». Yo, en verdad, era la primera vez que asistía a una presentación de un libro y que, a los postres, regalaran comida y condumio para celebrarlo…
Por eso, luego, marchamos serenos y satisfechos, con el libro Úbeda en Sefarad bajo el brazo para poder leerlo tranquilamente, en pequeños sorbos de tiempo, y poder enterarnos de este condensado libro de historia que viene a engrosar la -ya larga- lista de volúmenes que tienen a Úbeda como tema capital…
Úbeda, 18 de noviembre de 2012.