01-10-2012.
Contemplar tu silueta entre el orgasmo, modelarte tu piel adolescente, respirar hondo y seco en los quejidos, escribirte leyendas en las cosquillas, ser invisible en las páginas en blanco, amar con quien se vive, morir con quien se ama.
Un día te puse este mensaje: PC OK. TK.
Vuelve la vista atrás, sumérgete en el tiempo,en el vacío insondable revisa la memoria, pliega tus alas, amor, abre tus pliegues a tantas noches de párpados profundos, bebe otra copa del mosto que otoñamos, mientras relamo el sabor de mi derrota.
Me levanto, la radio me desinfla de todos los ardores de la noche, el rolex, las pastillas, la llave de la puerta, tostada con aceite, cigarro entre la prensa, un viejo acordeón se cruza en el cristal del cálido despacho.
Y otro día te leí en el noika: TK. TK. TK.
Abro el correo, te beso en la llanura de un intenso deseo, firmo algo de ayer, viene el cofrade a pedir no sé qué, otra vez Junta, otra vez tu recuerdo en la mochila, bacalao con lechuga, cago y veo unos tiempos revueltos y amorosos.
En la tarde fatal, escribo y leo y me tumbo y te sueño y me desangro, hasta la noche oscura, intensamente insomne, cuando tu ausencia se alarga más deprisa, de mí sólo diré que me navego hacia el último puerto, a la deriva, que intento dar de mí algo que quede del hombre que luchó por algo noble, aunque sé que me espera este silencio que me labro yo solo en esta esquina.
Eso sólo será lo que me salve en esta mi ciudad de viejos plomos, con sus calles anónimas, sus gentes, se estremecen los últimos vapores con mis canas de cemento antiguo y de esparto calcinado, siempre un puñal cobarde, misterioso, me despierta con ganas deshonestas, entonces suena el móvil, y me dice el cabrón: nada de nada.
