04-01-2011.
De los egipcios puedo decirte que me asombró su fanatismo religioso. Pensaban que los ritos eran más importantes que las creencias. Sus dioses no eran tan humanos como los nuestros. Se les respetaba por ser agresivos, sangrientos y aniquiladores. El miedo anidaba en el espíritu de los devotos. Hasta los príncipes vivían empeñados en la religión como única ley de poder, o como un auxilio poderoso para sus planes políticos.