¿Y si no se tiene alma?

22-01-2010.
Hay cosas que uno debe tomárselas con cierto humor, por lo que representan o son y por la trascendencia e influencia sobre las personas que sus significados han tenido. Algunas de ellas, los sempiternos amenazantes infierno y purgatorio, el nunca apreciado limbo y la indefinición material del bienaventurado goce celestial.
Tales regiones doctrinales que marcaban los destinos de los creyentes según sus acciones acá en la materialidad terrestre se habían ido conformando, definiendo y elaborando de acuerdo con las mentes de los que entendían que había que poner puertas al campo espiritual, con más o menos connotaciones materiales, para que fuesen entendidas y por ende temidas o deseadas por los rebaños que apacentaban los pastores. Todas las religiones llamadas “del libro” (y algunas otras) trataron de tener estos espacios de estación término para las almas. Básicamente un cielo y un infierno; o sea, el premio o el castigo obtenidos durante la existencia terrenal.

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