06-09-2010.
60/70, XII
En realidad, el desalojo del piso no supuso ningún contratiempo: tenían tan pocas pertenencias que apenas llenaban una maleta (aquella maleta que habían traído de España y que los acompañaría aún durante años) y un par de cajas de cartón que el supermercado Migros ofrecía a quienes compraban unos melones importados de tierras manchegas.