05-02-2010.
(Desfile de Galliano. París. Octubre)
Almas heterodoxas,
cuerpos disjuntos, torpes
sombras chinescas, ráfagas
de espectros investidos
horroris causa. Trouppe
de saltimbanquis, cuerda
de presos ataviados
a la usanza barroca.
El lujo del espanto
como una bofetada
sin mano en la mejilla
chanel número cinco.
Desconsuelo y sorpresa
‑como la vida misma‑.
Sólo una extravagancia
o un incómodo asunto,
boutade d’enfant terrible.
Sobre la pasarela,
ya después del desfile,
Galliano se guardó
un estuche con lágrimas.