Autoestop por España, 03

08-08-2009.
Sábado, 8 de agosto de 1964.
Me he levantado de la hamaca peor de como me acosté: sigo teniendo sueño, porque no estoy acostumbrado a este tipo de colchoneta; y sigo con el cuerpo molido, porque acostarme en esta posición de plátano no me conviene. Durante el sueño, llegaron los otros compañeros con excepción de Compains y Martos. ¿Qué les habrá pasado?

Tras un rápido aseo y desayuno, vamos a casa de Paulita, una amiga de don Jesús. Simpática ella y el resto de la familia. La invitación a cerveza y tapas cayó como agua bendita. ¿Serán «la sed, el hambre y la fatiga» (de El Mío Cid) nuestros compañeros de viaje? Tras llevar a O’Brien a reparar el Seat en un taller, nos despedimos de él. Una fotografía nos hace y promete que escribirá. Veremos. Son las 13 h.
—¿Qué comemos, Márquez?
—Mi receta. Cuidado, es un secreto, ¿eh?
—A ver, a ver…
—Apunta: nueve o diez cangrejos grandes, patatas, agua, pimienta, cebolla, ajo, sal, tomate…
—¡Pero bueno…!
—Calla y sigue tomando nota: café.
—¿Qué?
—Sí: café; y todo se pone a cocer durante casi dos horas y luego, ¡a comer!
Efectivamente, dos doras después comprobamos que la comida estaba buena, aunque sobrada de pimienta. Lo compensamos a base de tinto con casera. Luego, siesta reparadora. Seguimos preocupados por la falta de Martos y Compains. No deben estar muy lejos de Almería, pero es que esta carretera desde Motril a aquí es muy mala para el autoestop, porque son pocos los coches que por ella circulan.
Terminada la siesta, don Jesús y Márquez se marchan a la costa para gestionar un posible contrato como figurantes en la película La Biblia, que por allá se estaba rodando. Unos pocos centenares de pesetas no vendrían mal a nuestra “hucha común”.
Lorite y yo nos vamos a la playa. Comprobamos que está casi desprovista de arena, de agua limpia y… de “esas” que alegran la vista. Son las 21 h y aún no han llegado los que faltan. Nunca vi a don Jesús tan nervioso. Su azogada mano derecha le tiembla muchísimo. Por fin, hacia las 22:30, sudorosos pero alegres, llegan Martos y Compains. Respiro general.
Tuvieron mala suerte en los diez últimos kilómetros, antes de Almería. Ferrer, como es almeriense, se habrá ido a su casa. Cena y discusión del plan de ruta. Mañana, domingo, lo pasaremos en Almería y, pasado mañana, saldremos para Cuevas del Almanzora a recoger a Berzosa. Así, el grupo estará completo. Ahora, a dormir. Estamos satisfechos.
Playa del Este de Almería.

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