No hace mucho tiempo

06-08-2009.
Un grupo de niños y niñas de 6.º de Primaria debaten situaciones de su vida cotidiana. Uno de ellos propone contar la historia de Málaga en forma de juego dramático para representarlo a sus familias y amigos. Tras el breve recorrido por la evolución de las especies, simulan los momentos claves del pasado con un cuidado vestuario en los personajes más representativos. La música, los juegos de luz y la expresión corporal contribuyen a la plasticidad de cada escena.

Estoy resumiendo mi último trabajo en el escenario, representado en el colegio donde he trabajado, en el Centro Cultural de la Diputación de Málaga y en la facultad de Ciencias de la Educación. Daré, a continuación, algunas pinceladas de la Historia de Málaga en las que se basa este juego dramático.
Desde el Paleolítico, pasando por fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, visigodos, musulmanes…, Málaga ha sido un lugar preferido para vivir. Las civilizaciones que se establecieron en ella le aportaron una extraordinaria riqueza cultural. La más duradera en la cronología histórica fue Al Ándalus, setecientos años, hasta que en el año 1487 el rey Fernando de Aragón y la reina Isabel de Castilla consiguen la rendición de Málaga, tras un largo y trágico asedio de tres meses. Casas y tierras de musulmanes y judíos fueron repartidas entre soldados, nobles y clérigos, como recompensa por su contribución en la guerra.
El Zegrí, gobernador de la ciudad, apresado en la Alcazaba y encarcelado después en un calabozo de Carmona, murió sin el honor correspondiente a su rango. La imagen de la Virgen de la Victoria, regalo del emperador Maximiliano de Austria al rey don Fernando, fue sacada en procesión por las calles de Málaga ante la atónita mirada de sus habitantes, obligados a bautizarse, bajo amenaza de expulsión. Muchos emigraron al norte de África, al negarse a aceptar tal humillación. Éste es el texto de la escena en la que los Reyes Católicos leen parte del decreto de la victoria, extraído parcial y literalmente del auténtico:
Fernando el Católico: [Leyendo con solemnidad.] Se construirá una iglesia en el lugar de la mezquita mayor.
Isabel la Católica: Regalaré cien moros al Papa.
Fernando el Católico: Las mujeres, los ancianos y los niños serán cautivos.
Isabel la Católica: Los varones tendrán ocho meses de plazo para volver con 30 doblas de oro.
Fernando el Católico: Si no lo hacen, serán capturadoscomo esclavos.
Isabel la Católica: Los judíos serán expulsados.
En el reparto de tierras de los Montes de Málaga que, tras la toma de la ciudad, los Reyes Católicos hicieron entre la población cristiana, está la clave para entender el fenómeno de las numerosas inundaciones que, desde entonces, vienen arrasando la ciudad. Los cristianos destruyen lentamente la masa arbórea para plantar vid, cultivo que requiere el arado de la tierra después de cada verano, lo que favorece su arrastre en las lluvias otoñales.
Malaca, capital de la cora Provincia. de Rayya, había sido, durante siete siglos, un modelo de tolerancia y convivencia, similar al de otras ciudades de Al Ándalus.
En mi etapa de profesor de Ciencias Sociales, estas claves históricas las descubríamos, investigando las causas de la desaparición del bosque mediterráneo en los Montes de Málaga y realizando itinerarios didácticos por la ciudad, que finalizaban en juegos de simulación en la Alcazaba. En uno de ellos, un fantasma bajo sábana blanca, que lo identificaba como tal, nos hacía sentar en el suelo y escalones cercanos, mientras se presentaba como el espíritu de El Zegrí. Se lamentaba de la pérdida de aquella maravillosa ciudad que él defendió y que ahora describía con emoción.
Ensayo de una escena del juego dramático.
Algunos poetas, vestidos con improvisadas chilabas, recitaban versos, elogiando a Málaga. Los demás alumnos participaban en un reflexivo debate, que favorecía la motivación y contribuía a la comprensión del más importante acontecimiento en la historia de esta ciudad. Parte de este juego in situ se integra ahora en No hace mucho tiempo…
Renacimiento, Barroco…, en la catedral y otros templos cristianos sustituyeron el paisaje musulmán que, poco a poco, se configuraba con el desarrollo del capitalismo en los barrios obreros, surgidos durante el siglo XIX, como consecuencia de la llegada de campesinos a la ciudad, en busca de trabajo en los altos hornos de Manuel Agustín Heredia o en las bodegas de vinos del Marqués de Larios, que contrastaban con el lujo de las zonas residenciales de la zona este. Antes, el brote revolucionario del general Torrijos sólo fue testimonio de las aspiraciones democráticas de esta ciudad. Un siglo después, la II República pudo consolidarlas, pero la Guerra Civil y los cuarenta años de dictadura franquista volvieron a relegar a España a un pasado de represión, superado gracias a la democracia parlamentaria y a la integración en Europa que ahora disfrutamos.
Hoy, Málaga crece con señas de identidad distintas a su pasado. Convertida en lugar de descanso para ciudadanos del norte de Europa y en sueño para los que vienen del sur (50 000 marroquíes viven en la Costa del Sol), mira al futuro con esperanza. En su escudo figura la siguiente inscripción: «Siempre denodada, muy noble, muy benéfica, muy leal, muy hospitalaria, la primera en el peligro de la libertad».
Reconocer nuestro pasado es el primer paso para entender el presente y construir el futuro. Es exactamente lo que he intentado, enseñando a descubrir la historia.

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