Martirios
¡Oh, ingratos, cómo te señalarán con el dedo y te acusarán! ¡Cómo te lapidarán, torturarán, flagelarán y consumarán tu martirio! ¡Cuán difícil es el oficio de redentor, señor…! ¡Que te lo hagan a ti, después de tu “segunda” venida…! ¡Señor, señor, qué abandono, qué desconsuelo!