Historia de otra rosa

03-09-07.
En mi modesta opinión, admitir la posibilidad de que todo aquello que ayer nos parecía correcto hoy no nos lo parezca, y aceptar que nuestra manera de pensar en la actualidad pueda cambiar mañana, son unas muestras de madurez y de talento. Eso no es cambiar de chaqueta ni bajarse ante nadie los calzoncillos o las bragas ‑dicho sea con el debido respeto y para que no se molesten conmigo las feministas‑.

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