(El Greco,1612-14)
que al cielo ascienden libres, verticales,
como violentas llamas espectrales,
y un mágico caos con restallantes
colores rabiosos y fulgurantes.
Manierismo de luces fantasmales
envolviendo formas inmateriales,
reflejo de místicas delirantes.
Del cretense una obra postrimera
revelando el divino nacimiento.
Pastores como estatuas protectoras
y ángeles cantando la “verdadera”
historia de aquel acontecimiento
en celestial altura anunciadora.