LECCIONES DE HISTORIA
- La Revolución Gloriosa y sus secuelas(1868-74)
En 1866 la crisis económica se agudiza gravemente. Una crisis financiera y de subsistencias, en las que la sequía tuvo mucha influencia. Al mismo tiempo, la crisis política llega a niveles insoportables, con una reina (Isabel II) que se había quedado sin apoyos, ante el deterioro social, económico e institucional, que había ido agravándose desde el llamado bienio progresista de 1854-56.
Ante esta situación, en un siglo donde los pronunciamientos de distinto signo eran moneda corriente, estaba cantado que de nuevo habría un alzamiento militar, que se produjo en septiembre de 1868, encabezado por los generales Serrano y Prim y el brigadier Topete, que se sublevó en Cádiz y, a su estela, todas las guarniciones militares hicieron lo propio en toda Andalucía, para extenderse rápidamente por el resto de España.
La débil resistencia de las fuerzas gubernamentales, que defendían el trono de Isabel, se vieron pronto neutralizadas en Alcolea, con lo cual la reina se vio obligada a marcharse al exilio.
Esta operación concertada en toda España se ha conocido siempre como la Revolución Gloriosa, en la que destacaban las fuerzas progresistas.
A partir de este momento se precipitó el tablero político de España, sucediéndose varias etapas conocidas como Sexenio democrático, que al final volvieron al punto de partida.
Primero el Gobierno del general Serrano, con Prim como figura estelar, y la Constitución de 1869, como expresión de un periodo histórico que bien pudiéramos llamar, con todas las reservas, democrático, nunca revolucionario.
Acabado el corto periodo de Gobierno del general Serrano, se abre paso el reinado de Amadeo de Saboya, pero al llegar a España se tropieza con el asesinato del general Prim, su principal valedor. La buena voluntad y honestidad del rey Amadeo no fueron suficientes para encauzar los momentos convulsos de su reinado, por lo que tuvo que abdicar.
Tras la abdicación de Amadeo de Saboya, toma el relevo la Primera República Española, con cuatro presidentes en once meses: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. Este breve periodo republicano, si tuvo algún momento de esperanza, pronto se frustró ante el escaso entendimiento entre los propios republicanos, unos centralistas y otros federalistas, y debido también a la presión de los monárquicos que, durante estos años se habían repuesto y defendido, con un manto de esperanza, al hijo de Isabel II, como sucesor y heredero de la corona española: el futuro Alfonso XII, que tras el pronunciamiento de general Martínez Campos en diciembre de 1874 se convirtió en el nuevo rey de España.
Atrás quedaban, como hitos importantes de la Historia de España, una República llena de esperanza y una Constitución democrática, que apenas pudo aplicarse. Y, como episodios dignos de resaltar, los movimientos cantonalistas, entre los que destacó el Cantón de Cartagena, que durante unos meses, a contracorriente, se hizo fuerte en la ciudad departamental, defendiendo una autonomía federalista, que finalmente, en enero de 1874, fue aislada y sometida por las fuerzas gubernamentales.
- La Revolución Gloriosa y sus secuelas (1868-74)
La esperanza nació con La Gloriosa,
que envió al exilio a la Isabelona,
una farsa de reina con corona
avezada en la aventura amorosa.
Amadeo, de origen italiano,
algo torpe para tal encomienda,
renunció al trono, y dejó una contienda
despejada al bando republicano.
Fue un sexenio histórico apasionante,
pero la República fracasó
y España en mil pedazos estalló,
dejando un futuro preocupante,
con Cartagena, el último cantón,
y la eterna vuelta de otro borbón.
De nuevo triunfó el viejo centralismo
frente a un mal forjado federalismo.
Cartagena, noviembre de 2022 (Juan A. Fdez Arévalo).