(Velázquez, 1657)
Dos planos distintos en la pintura:
al fondo Minerva, diosa arrogante,
que rodean tres damas elegantes,
despreciando de Aracne su apostura.
Y en otro plano un taller de hilanderas,
que difumina la mitología
de Minerva y Aracne en su porfía.
Cada crítico izando su bandera.
¿Mas pueden conciliarse los dos planos:
Minerva, plena de sabiduría,
que representa la mitología,
y el afán de un telar del pueblo llano?
Velázquez, un misterio en cada obra,
alentando el enigma y la zozobra.