Por José María Berzosa Sánchez.
Es interesante notar que la mujer más importante en la novela no existe. Con la invención de Dulcinea, Cervantes está parodiando al ejemplo de mujer en los libros de caballerías. Dulcinea es inexistente, porque este tipo de mujer no existe en la realidad y no puede existir sino en la fantasía. Dulcinea es perfecta, una ilusión de la mente, sin cara, sin pensamientos, sin sentidos, sin imperfecciones. Pero también podemos decir que ella obtiene cierto tipo de existencia, porque la mente de don Quijote la provoca.
Si no aparece la hermosa Dulcinea en esta historia, don Quijote no tiene una razón para realizar sus aventuras ni para vivir. Según don Quijote, «Ella pelea en mí y vence en mí, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser» (Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. I, 45). En pocas palabras, si no tenemos a Dulcinea, es imposible la presencia de un Quijote. Parker describe el significado de Dulcinea a don Quijote explicando que no es importante si sus sentimientos son absurdos y que ella no existe:
Dulcinea is the ideal woman who arouses don Quijote’s devotion; she does come to symbolize for him his self-imposed mission. However vaingloriously and extravagantly this mission is conceived, it is yet something to live by, something that justifies don Quixote’s existence in his own eyes (Dulcinea es la mujer ideal que despierta la devoción de don Quijote; ella lo convierte en el símbolo de su misión autoimpuesta. Sin embargo, vanagloriosa y extravagante, esta tarea se concibe; es algo para vivir, algo que justifica la existencia de ese regalo del Quijote en su opinión) (Alexander A. Parker, The Philosophy of Love in Spanish Literature. Edinburgh University Press, 1985. 115).
Cuando tenemos la escena de Sancho, don Quijote y las labradoras, Sancho dice que una de ellas es Dulcinea; en este hecho se juntan la realidad y la irrealidad. Aunque este episodio podría provocar en don Quijote el admitir la verdad, él inventa una explicación para salvar la imagen perfecta de su Dulcinea. Auerbach explica cómo esta situación en El Quijote es especial, porque es la primera vez que hay una persona real asociada con la idea de Dulcinea, cuando la ilusión de Dulcinea y la ‘Dulcinea’ real no son iguales: «he finds a solution which prevents him both from falling into despair and from recovering his sanity; Dulcinea is enchanted» (se encuentra con una solución que evita que tanto caigan en la desesperación y la recuperación de su salud mental; Dulcinea está encantada) (Erich Auerbach, Mimesis: The Representation of Reality in Western Literature. Princeton University Press, 1953. 43).
El Saffar comenta que don Quijote es exactamente como un personaje en sus libros de caballerías con respecto a su imagen de la mujer:
The chivalric approach to the feminine is to put the woman out of sight and to engage in her name in a fascinating game of warfare with ment. Don Quixote sees the lady as a distant image of beauty and refinement, so distinct from the familiar world of men as to be not only unattainable but scarcely human (El enfoque de caballería a lo femenino es poner a la mujer fuera de la vista y de participar en su nombre en un juego fascinante de la guerra con el ambiente. Don Quijote ve la dama como una imagen remota de la belleza y el refinamiento, tan distinto del mundo familiar de los hombres que tienen que ser no solo objetivo inalcanzable y apenas humana) (Ruth El Saffar, Beyond Fiction. Berkley and Los Angeles: University of California Press, 1984. 53).
Con esta explicación, don Quijote puede mantener la ilusión de su mujer. Esa mujer que es callada, que no tiene rostro, sin vida. Con la creación de Dulcinea, Cervantes se burla de los libros de caballerías con sus papeles genéricos de la mujer.