Encuentro familiar

Por Fernando Sánchez Resa.

Un año más, la dirección y el personal del Centro Residencial y de Día para personas mayores “Peal de Becerro” nos invitan amablemente a familiares y amigos, con motivo de la Feria y Fiestas de esta bella ciudad jiennense, enclavada en la comarca “Sierra de Cazorla”, para que compartamos un lunch familiar con los familiares y amigos residentes que en ella moran.

Y para corresponder a esa deferencia, allí me dirijo desde la “Ciudad de los cerros”, en esta calurosa mañana de agosto, en la que el sol imparte democráticamente sus calurosas bendiciones a los numerosos asistentes a esta celebración.

Cuando llego puntualmente a las 12:30 h, ya están instalados los residentes en la sala comedor del centro, cargados de ilusión y esperanza, para compartir con mi primo y sus amigos‑compañeros unos ansiados momentos de fraternidad que les hacen tanto bien y que agradecen sobremanera, al compartir mesa y mantel, entreverados de apetitosas y variadas viandas, haciendo más fluida la charla y la comunicación interpersonal.

Y, para amenizar el festejo, este año nos visita la Asociación de Mujeres Romeral que pretende endulzárnoslo con música y danza de nuestra tierra. El joven grupo de baile sileño hizo las delicias de todos los asistentes por su juventud, frescura y garbo, al interpretar, danzando (con el calor que estaba cayendo…), varias coplas populares y/o jotas rescatadas del pueblo llano, antes de que se pierdan por el tráfago vertiginoso de nuestra sociedad obnubilada con las nuevas tecnologías. A su finalización, repartieron flores rojas a las damas residentes, que promovieron su sonrisa y agradecimiento.

Sus cálidas voces, juntamente con el sudor y pundonor que derrocharon, trajeron a los asistentes el entrañable recuerdo y el reconocimiento expreso de Siles, ese bello y acogedor pueblo serrano de la comarca segureña, a la que tanto amo, pues entrañables amigos sileños así me lo inculcaron.

El anunciado aperitivo familiar más pareció una dadivosa comida de feria, pues la dirección y su equipo de trabajo tiraron la casa por la ventana, no escatimando en proporcionar variadas y frescas bebidas con diferentes y apetitosas viandas, con doble postre incluido, hasta hartar por demás a todos los estómagos presentes. Incluso los maduros residentes, a pesar de sus achaques y padecimientos propios de la edad, se saltaron a la torera el régimen alimentario al que están sujetos por prescripción facultativa, diciendo con pleno convencimiento: «Hoy es un día especial que merece la pena aprovecharlo, bebiendo y comiendo con largueza, aunque luego los índices glucémicos, tensionales y de todo tipo se suban por las nubes». Todos sabemos que cualquier ser humano necesita expansionarse de vez en cuando para aspirar emotividad y comprensión, y así poder encauzar sus más íntimas emociones y sentimientos, haciendo acopio de momentos dulces y sublimes que le hagan poder volar al pasado, viviendo alegremente el presente, aunando sendos momentos para que la vida le sea más intensa y feliz.

Todo acabó estupendamente, mientras las sentidas despedidas se prodigaron, a la espera de una nueva cita, que ha de ser más pronto que tarde y sin que haya invitación de por medio, para que esta población anciana, llamada eufemísticamente mayor, que tiene la suerte de ser atendida por un estupendo grupo de profesionales sanitarios y asistenciales, y pueda seguir disfrutando del milagro cotidiano de la vida, en la edad en que cada día que amanece es un auténtico regalo de Dios y del cielo.

Gracias a esta celebración, siempre podrán recordar la agradable y tierna jornada vivida en franca confraternidad, esperando llegar a la próxima feria para repetirla con idéntica ilusión e intensidad.

La vuelta a Úbeda se me hizo un tanto larga y nostálgica, aunque consoladora, al sentirme satisfecho por haber puesto mi granito de arena para que mi primo y sus acompañantes hubiesen pasado una velada agradable, mientras se habían marchado a echarse la consoladora y necesaria siesta con la que recuperar fuerzas para seguir batallando, con denuedo y alegría, en su cotidiano y duro vivir…

Úbeda, 19 de agosto de 2016.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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