El valor de los regalos

A lo largo de la vida son muchos los regalos que nos hacen, pero cuando pasa el tiempo, la mayoría de ellos no forman parte ni de nuestro recuerdo. Por el contrario, hay otros que, aunque aparentemente no tienen valor, pueden ser responsables de una gran parte de lo que somos.

¿Se podría relacionar nuestra felicidad con un pequeño poema que alguien dejó cerca de nosotros cuando éramos muy jóvenes?

Es incuestionable que un poema nos puede desentrañar, en solo unos versos, verdades difíciles de exponer, ideas complicadas o textos preciosos. Este poema de Kipling, compuesto a finales del siglo XIX, está considerado actualmente por los ingleses como la mejor propuesta ética para un ciudadano ejemplar y feliz.

Yo lo conocí siendo muy joven y quedé cautivado por él.

 

Entonces serás hombre, hijo mío

 

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.

Si engañado no engañas; si no buscas más odio
que el odio que te tengan…

Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si, al hablar, no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas el triunfo; si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.

Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.

Si nadie que te hiera, llega a hacerte herida.

Si todos te reclaman y ni uno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto
de sesenta segundos que te lleven al cielo…

Todo lo de esta tierra será de tu dominio
y mucho más aún; entonces, serás hombre, hijo mío.
 

Kipling

 

delmoraldelavega@yahoo.es

 

http://albayanaideas.blogspot.com.es/

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