La fragua de Vulcano

Diego Velázquez. (Obras de madurez, 1)

INTRODUCCIÓN:

Tras su llegada a la Corte, Velázquez rompe definitivamente su fuerte vinculación con el tenebrismo, abandona las escenas de género (aunque no del todo) y comienza a pintar personajes de la Corte (especialmente a Felipe IV y al conde‑duque de Olivares, sus protectores), cada vez con una paleta más clara y colorista, que se afianza con la llegada a Madrid del diplomático y pintor Pedro Pablo Rubens (1628) [1], el gran maestro del color y de la exuberancia formal y compositiva, quien contempla la obra que estaba realizando en ese momento el pintor sevillano: “El triunfo de Baco”, más conocida como “Los borrachos”, a quien aconseja un viaje a Italia. En el intermedio de sus primeros años en la Corte, Velázquez gana el concurso de pintura sobre la expulsión de los moriscos (cuadro, por cierto, desaparecido), siendo nombrado (1627) Ujier de cámara. La conquista de la Corte es ya definitiva.

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