Presentado por Manuel Almagro Chinchilla.
Hace cuarenta y tres años, cuando Ramón Quesada escribió este artículo, el ser humano hacía sólo dos que había puesto por primera vez el pie en la Luna. Un hecho que motivó un esperado maridaje entre la ciencia empírica y la ficción. Las alucinaciones dejaron de ser hechos lunáticos aislados para convertirse en experiencias realizables. Se hablaba de la “máquina de pensar”, de humanoides teledirigidos y, en general, de un mundo robotizado con unas expectativas donde cabía todo lo imaginable.
Ramón, en su demanda informativa y como mero transmisor de la misma, llegó hasta el origen donde se forjan las futuras inteligencias, y donde mejor que en una escuela normal de niños, enriqueciéndola con su punto de vista.