En la actualidad, la actividad de los políticos españoles está muy cuestionada, pero cuando ella está guiada por la inteligencia y la generosidad, sus resultados son impagables. En mi pueblo (Villanueva de la Reina) hay ejemplos de ello.
Somos cultura y esta se estructura mediante un sistema de símbolos ‑nuestro nombre, nuestra lengua, nuestro arte, nuestras recetas culinarias, nuestro folclore, etc.‑. Sin ellos, no somos nada. Decía Jung: «El que habla con símbolos habla mil lenguas». Por ello, los mayores criminales, antes que a los hombres matan los símbolos. Los nacionalistas están permanentemente empeñados en destruir los símbolos del Estado contra el que luchan ‑en nuestro país: contra la monarquía, la bandera y hasta el mismo nombre (España)‑.