También Ardor guerrero va más allá de la ineludible reconstrucción del ‘yo’ como ocurre en la mayoría de los relatos autobiográficos, gracias a la gran calidad de observación y de reflexión existencial con que Muñoz Molina acierta a formular sentimiento y valores que, por ser humanos, trascienden el marco concreto del servicio militar. Por eso, no es extraño que la narración de la anécdota más trillada o de la situación más tópica se vean a menudo precedidas, entrelazadas o epilogadas, por reflexiones de hondo calado que colocan esas simples historietas en la perspectiva de la condición humana y del enfrentamiento entre un sistema de valores y de contravalores.