27-11-2009.
Salvo Paquita, las demás costureras llegaron con la acostumbrada puntualidad y tomaron su asiento haciendo círculo entre el brocal del pozo y los arriates del patio. Paquita llegó casi con media hora de retraso, con los ojos hinchados y aún llorosos. Ocioso hubiera sido preguntarle la causa: todas sabían que el segundo apellido de Paquita era Vacas y que su madre era prima hermana de Julián Caballero Vacas, alias “Bigotes”. Con sus quince años, Paquita no había osado cubrir su cabeza con el tradicional velo negro que mostraba el luto por un familiar, porque eso ya no se llevaba entre la gente joven; pero, sobre todo, no lo hizo porque tenía miedo de subrayar públicamente su relación familiar con el cabecilla ejecutado.