«Bois de Boulogne»

09-11-2009.
Si existiera el otoño,
tú serías de hojas
de cobre y oro viejo;
serías una estatua
desnuda y temblorosa
lamida por la lluvia,
con el alma colmada
de granadas y nueces.

Si existiera el otoño,
el hojaldre crujiente
que pisamos ahora
no sería un tapiz,
ni alfombra ni pañuelo:
el sonido quebrado
del silencio sería,
esa entrañable música
que empapa de tristeza
el forro de tu falda
y mi jersey de punto
grueso, tus manos breves
y mi mirada antigua.
Si existiera el otoño,
tendríamos los dos
los años improbables.

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