25-04-2009.
Estos poemas secos,
duros, intransigentes,
golpes de mar o ráfagas
de viento inesperado
que levanta las hojas
del cuaderno y esparce
las palabras más crueles
‑con sabor a café‑
sobre el mantel manchado
por la lluvia inestable…;
estos poemas sucios
de tantas tachaduras
de nieblas, e indecisos,
golpes de pecho, son
golpes de sangre.
Se escriben una vez
y cien veces se moja
la pluma en su secreto.
Estos poemas nunca
saldrán de este cuaderno.