
Créanme que hoy me cuesta un enorme esfuerzo escribir después de haber visto el desastre cometido en la remodelación urbanística del Paseo “Mercao”. Produce desolación y una profunda pena, que llega hasta lo más hondo del alma de cualquier buen ubetense, contemplar el resultado de las obras y en lo que ha quedado convertido nuestro entrañable y más popular paseo ubetense.