Versos sembrados, 15

23-10-2008.

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Cuatro estampas y un canto
 
Es un conjunto poemático muy largo y, al estar publicado ya en Coloquios, presento sólo algunos fragmentos. Están modificados respecto a los originales.

Los corchetes indican texto omitido. La estampa 2 se omite porque está incluida en la primera parte, como poesía-recital, aunque aparece un poema adjunto (estampa 2 – 2, poema 4) que, como aquel don Guido machadiano, nos retrata un personaje tipo de la Andalucía castiza. Al igual que el anterior, ha sido modificado. El último verso del canto lírico bien podría ser un estupendo eslogan publicitario.
 
El poemario fue Premio Arcipreste de Hita, 1979.
 
Estampa 1… El paisaje
 
[…]
 
Un ambiente de siesta se avecina
desde el verde Cotón, allá en el valle,
cuando el sol boquiabierto estrella sombras
en el blanco perfil del gran cortijo.
 
—La Camuña a la espalda de mi viaje.
 
Todo duerme a pierna suelta en la campiña,
desde el trillo chirrión hasta el apero
de la yunta de mulos. Y entreabierto,
el portón se detiene en ese instante,
al tictac de una imagen de campanas.
—Rumbo al sur va mi alma encarcelada.
[…]
[…]
Peregrino nervioso de tu estampa
sin control de relojes ni veletas. Sólo tú
pueblo abierto entre colinas.
Sólo el cielo y la nieve son tu brújula.
 
Estampa. 2. 2… El señorico
 
Blanca camisa,
cuello abierto,
palmas cansadas,
asiento
de guitarras destempladas,
madrugadas.
Noche de fiesta,
fragua apagada,
voz a destiempo,
bulerías en grotesco desvarío,
¡Dios mío!
 
Burdos disfraces,
olés sin alma,
vino de marca,
pancarta
llena de tópicos hechos,
barbechos.
Juerga infectada,
cantes del pueblo,
paro en la calle,
lacayos
que cantan «pal señorico»,
payasos.
 
Penas gritadas,
ayes de hambre,
soleá con aguardiente,
mucha gente
a destajo de braceros,
panderos.
La fiesta ya terminó,
y el cacique emborrachado
se acuesta a dormir la mona.
 
Ganapán, hambre y botijo
cunetean por el cortijo.
 
Estampa 3… Un Viernes Santos en el Llanillo
 
No sé, Señor, si llego pronto,
ya no sé si ni siquiera llego,
algo me empujó a detenerme un rato,
después de tantos años,
ante tu Cristo-Salud en el Llanillo.
El día menos pensado
tu cuesta de san Juan se hará más corta,
pero… ¿y si luego ya es tarde?
 
[…]
 
A ese Juan Lanas que yo soy
le vas a dar tu pie descolorido;
a ese perro negro que te ladra
le vas a dar tu luz y tu escondite.
 
Estampa 4… Nostalgias y canto lírico
 
[…]
 
¡Cuantas aventuras cierras, triste silueta callada!
¡Cuantas alegrías huecas esperas de madrugada!
¡Cuantas promesas marchitas se adosaron a tu espalda!
¡Cuantas y cuantos espectros te clavaron la estocada!
 
Nostalgias me dan tus «cruces», hirientes y despeñadas,
bajo un sol que zigzaguea hasta la llanura plana;
cruces cruzadas de vidas entre candiles sin agua,
mudos y en cueros sus niños, bronces de hambre, sin ganas,
observando tu sanmarcos, con su Fátima enlutada.
Mujeres desmarañadas como modelos lorquianos,
las cinturas dentelladas a golpes de embarazada.
 
Nostalgias, campos, rastrojos esperando lluvias mansas;
cabestros, tómbola, siestas, dormidas ya sin metáforas;
gritos que gritan tus calles, pedregales, empinadas;
chisque y cigarro, tabernas, brisca y gorra arrinconadas;
nostalgias de no tener // ga-nas-d e- n o- t e-ner -ga-nas.
¿Quién hará sonar en ti el repique de campanas?
 
Canto lírico a Alcalá
 
[…]
 
Duerme el Castillo sueños mahometanos,
en lo alto de las casas. Cal y piedra.
 
[…]
 
…Y en el fondo el Llanillo iluminado
desemboca en un mar de sol verdoso.
Es el Parque solar, y meridiano
divisor entre el llano y la arboleda.
 
Más arriba, las casas, los tejados
besuquean Los Tajos pedregosos.
y una virgen serena, las Mercedes,
deletrea tu historia en ofertorio:
barroquismo en san Antón, santo Domingo,
goticismo adulterado y purgatorio
de invasores franceses. La Carrera
es columna vital de tu urbanismo.
 
Mora y cristiana, Ben-Zayde olivarera,
y el Pilar de la historia hecha camino
del imperio de un Carlos poderoso.
El Palacio Abacial, majestuoso
es el clásico señor de tu Llanillo.
A lo lejos, san Marcos, y en su cerro
blanco nieve tu Fátima deslumbra
en contraste de luz, como el Pradillo.
Centro y clave de ti, tu Ayuntamiento,
maridaje y contacto de un futuro,
y en la Plaza matriz de tu grafía
la escultura del genio imaginero.
 
Nueva y vieja, y perenne, la Tejuela,
al compás de tu iglesia y cofradía,
Paseíllo del agua y de la Mora
abrazado a la Cruz de la meseta.
 
[…]
 
Que al salir el gran sol tras tu colina
en tu cita de agosto, vespertina,
hervirá todo un pueblo gota a gota.
 
…Y en los altos… el Castillo de la Mota.
 

 

 

 

 

 

 

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