15-09-2008.
3.14.- TIPO UAN
UAN (por lo de ‘uno’, en inglés) es adulto, no por los años sino porque no aprende, aunque vaya a las clases de los mayores; mudo, no mueve un músculo de la cara, pero no es porque no quiera: es porque tiene indicios de Alzheimer; sólo mueve la mano derecha o la izquierda (aquí estas diferencias no tienen importancia, como no debían tenerlas en otros campos, o como en realidad tampoco tienen) indistintamente, con el más mínimo esfuerzo, como buen catalán (si pongo gallego me hostian; imaginaos si pongo lo que debía).
Es pariente de Fraga o, por lo menos, lo vio bañarse en Palomares. No suele jugar con cualquiera. Elige bien a su compañero y también a los oponentes, a los que apabulla porque siempre tiene que ganar. Necesita ganar para vivir, como el macho a la hembra, como la uña al pie, como el agua al vino. Como si tuviera algo más que perchas en el armario. Me atrevo a decir que son pareja de hecho, como el café con leche.
Una vez dispuestas las parejas, se despierta y él mueve, él dirige el juego, él pide los cuatro cafés, él te dice que los pagues, él cuenta, él apunta los tantos y no se te ocurra decir que hay de más o de menos, que te fulmina con la mirada y a la segunda te arma la de Cánovas del Castillo cuando perdimos en Trafalgar las plazas de Sidi Ifni yElAaium,porciertoqueaquíhizolamilimiprimoMarcelino. (Tecla espaciadora felizmente arreglada por mi vecino Alba, el batería).
3.15.- TIPO VACACIONAL
Trabajan en otros pueblos y vienen en vacaciones, diciendo que allí sí que saben jugar, que montan cada partida… como si de caza o pesca se tratara y mira que estos son exagerados; pues más. Dicen cosas tan terribles como estas: «Ah, pues allá, al uno lellamamos as…». ¡Qué dislate!
Algunos siguen creyendo que una dieta equilibrada es poner un buen bocadillo de chorizo en cada mano; pero de jugar al dominó, res de res, nos dicen ellos.
Bueno, pues vale. De todas formas estamos de vacaciones. Que la única constante es el cambio y que la Virgen de las Mercedes os guarde.
3.16.- TIPO VERDUGO:
Le dicen así porque le importa un carajo el compañero, el juego y hasta quien gane o pierda. Sólo piensa por y para ahorcar una ficha doble del contrario que más o menos tiene localizada, en general, al más “débil” de la pareja contraria y del que podrá reírse en sus barbas si no lo consigue. Si lo consigue, entonces se corre.
Él hace todos los posibles y exclama con gran satisfacción y en voz alta para que bien lo oigan todos, incluidos mirones, los de las mesas adyacentes, el camarero, la cocinera que se asoma por la ventanilla de las tapas, la pareja de ancianos del piso de arriba que, hartos de soportar fichazos, trasladaron la salita de estar al trastero del ático y los bebedores de barra que no pueden evitar volver la cabeza cuando oyen a grito pelado: «Este ya no domina» o «Este no va a misa».
3.17.- TIPO VOCERAS
Su voz se alza por encima del escenario, tanto si lo hace bien, como si mal (esto último casi nunca, según él). Le alza la voz, es decir, le grita, (abocina) al compañero cuando éste, (por regla general apocado, sumiso, abrumado, obnubilado y acomplejado) no le ha puesto la ficha que él estaba pidiendo a gritos, claro.
También le alza la voz a la pareja contraria cuando hay un atisbo de irregularidad.
No se le ocurre, ni bajito siquiera, alabar a su compañero cuando lo hace bien, ni aceptar las derrotas felicitando al contrario; sino que, en el tono que le caracteriza, se levanta despotricando contra ellos hasta que sale a la calle. Incluso algunas veces vuelve a entrar para decir: «Inútiles. Se os ha aparecido la Virgen. De cien ganáis dos…».
Ah, no suelen dar tabaco y sí beber, si le invitan. ¿Os los imagináis en su casa frente a su mujer? Ni rechista.