Piras y altares

05-09-2008.
XLV
LLAMARON LOS DIOSES A LAS PUERTAS. Desde dentro
respondieron primero las mujeres: «No hay nadie en casa».

Dueños absolutos, aguardaron a que las mujeres abrieran
las ventanas para airear las alcobas, a que sacudieran
las alfombras del tedio o tendieran las sábanas húmedas
del amor de todos los días. Esperaron a que los hombres
salieran a segar los altos cereales doblados por el peso
de las espigas, mecidos como un lago de fuego, o a recoger
los frutos frescos o a podar las vides. Allí, ante las casas
de los hombres, levantaron sus brizados pabellones
y estandartes como teas de un ejército llegado
de los confines de los monstruos hasta el fulgor abrasante
del mediodía. Exigían que levantaran piras y altares
en su honor, y estelas y templos; y que los hombres, ante
ellos, doblaran la rodilla y entregaran la cabeza igual
que el condenado la presenta al verdugo.

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