Mensaje y respuesta

03-03-08.
Mensaje:
En esta vorágine de “zapping” que nos invade, ora en la tele, ora en el ordenador, otrora en el “celular”, se encuentra uno cine, novelas, salsa rosa, concursos, mensajes, llamadas perdidas, correos, emilios, y un largo etcétera. A los que hemos llegado tarde a todas estas nuevas tecnologías de la comunicación (yo confieso que todavía uso teléfono de sobremesa y escribo cartas con estilográfica), nos viene “al pairo” ver a Eastwood o a Burton, aunque mi señora esposa tenga sus preferencias por Banderas, y un servidor se vaya a la tele del dormitorio cuando proyectan a Connery y sus chicas Bond, y nos dormimos con teles separadas cuando en una cadena está Pitt y en la otra alguna de la Loren en sus buenos tiempos. Cada uno tiene sus preferencias y nos respetamos.

Con el móvil me ocurre lo mismo. Sólo sé llamar, contestar y apagarlo inmediatamente si estoy demostrando el teorema de Arquímedes que, a decir verdad, no tengo idea de si se sigue enseñando o ha caído en desuso. Asimismo, hago caso omiso de un mensaje que últimamente estoy recibiendo de alguien que quiere conocerme y que parece ser que está loca por mis huesos. Esta señora, o desconoce mi físico, o quiere engordar su saldo bancario a cuenta de mi video‑llamada.
Se me olvidaba el leitmotif (english) de esta primera misiva al cabo de un tiempo en dique seco.

Compañero presidente: danos alguna alegría a los de izquierdas. Cuela alguna de arena entre los incontables correos que nos transmites. Encomiable labor que personalmente te agradezco. Me agradaría recibir alguna vez algún correo que huela a progresista, no siempre catastrofista, sobre educación, sanidad, progresos sociales, etc., que también los hay. Creo sinceramente que todo es mejorable y, desde tu situación de privilegio, como presidente de todos, trata de tenernos contentos a todos y a todas. Un presidente no puede gobernar exclusivamente para los afines. Por lo menos prométeme que vas a hacer todo lo que esté en tu mano para darnos, a los de izquierdas, alguna alegría de vez en cuando. Te doy de plazo hasta pasado el 9-M. Hasta esa fecha te dejo hacer proselitismo.

Un abrazo. Antonio Pedrajas.

 
Respuesta:
Se te nota que eres partidista, porque te molesta lo que otros me agradecen. Y yo tengo claro que en nuestra Asociación no puede haber una ideología política determinada, sino una amplia e inteligente preocupación educativa. Los correos que envío se refieren siempre a cuestiones de la enseñanza que, según las últimas referencias de los distintos foros, tiene sus pros y sus contras.
Como los que ahora mandan en el Ministerio de Educación y Ciencia son los tuyos, pues te agobian las críticas. Sin embargo, no me agradeces el artículo que te envié de Diego Rodríguez Vargas, “Desmontando mitos: Pizarro, el dinero y los bolsillos de los ciudadanos”, a pesar de que no se refería a la enseñanza; pero no quería darle a Diego la sensación de que yo soy partidista. Hace tiempo que le dije a él que yo soy radical, en el sentido etimológico de la palabra: ‘fundamental, de raíz’; y no en el sentido drástico en que suele entenderse: ‘extremoso, tajante, intransigente’.
En cuanto a tu observación sobre el proselitismo, tengo que decirte que no has comprendido mi último texto. En él os pedía que os pusieseis en contacto con los dirigentes socialistas, para evitar la posible equivocación gramatical en la prevista nueva redacción de los libros de texto. Si yo pensara que los socialistas no iban a ganar las próximas elecciones, ni siquiera habría mandado el mensaje, porque los “peperos” seguro que no harían dicha reforma.
Te debería alegrar la información que te transmito, porque con ella pretendo que se puedan corregir los errores cometidos o por cometer, por los tuyos o por los otros (cuando manden). No hago proselitismo: transmito información adecuada y oportuna. El problema está en que tú quieras o no aceptarla.
Un abrazo. José María Berzosa.

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