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LOS HOMBRES ENCENDÍAN SUS LÁMPARAS en medio de las lluvias
tropicales y dejaban que el agua vistiera sus cuerpos
de plata y de óceano. Entraban más tarde en sus casas
y hablaban con sus hijos de la fuerza del viento
y la suavidad de la lluvia; de la espesura de los bosques, de