Dedicatoria

 

07-01-08.
Como sabéis, don Jesús María Burgos estuvo dando clases en el colegio Cristo Rey de Valladolid, después de “navegar” unos años con nosotros en la Safa. Allí también aglutinó una gran cantidad de alumnos, afectos a su causa y comportamiento. Uno de ellos ha comprado dos ejemplares del libro recientemente editado, Voces del campo, y me ha enviado una dedicatoria que, por lo visto, ya me la había remitido hace tiempo, tras su lectura de La vida en un columpio. Creo que procede editarla, para que conozcáis su afecto por nuestro querido profesor.

 

«Octubre de 2007.
Llegó a mis manos, ¡por fin!, TU Vida en un Columpio.
¡Cuántas emociones!, ¡cuánto aire fresco!, cuánto… de Tu corazón en luto; y de mil festejos.
Lo he devorado, Jesús M.ª, de una sentada.
Me enganchaste otra vez; como tantas otras antes en las que me aconsejabas, contabas mil vivencias, o sencillamente convertías en poesía esos paseos de primavera u otoñales, cuando coincidíamos algunas tardes por la calle de las Mieses o la del Padre Acosta de Valladolid.
No pudiste rubricarme tu libro, como habíamos comentado en La Residencia de los Salesianos en León; te fuiste antes de tiempo, ligero de equipaje… con elegancia, como siempre.
Cada vez que releo tu manual… te estoy escuchando… y me he permitido, desde mi osadía y parca preparación literaria (que te ruego revises y corrijas desde Allá), dedicarte lo que me afloró tras la primera lectura de Tu magnífica Obra.
Maestro de tantas cosas…
Pedagogo, aventurero,
educador; jardinero,
cultivaste hasta en las rocas.
Profesor, clases de prosa,
que convertías en verso,
aun, con oyentes adversos
a tan ilustre Oratoria.
¡Que emocionantes cabriolas!
“Tuna”, “Canarios”;
atrezzo
conjugados por el VIEJO,
en festivales de Gloria.
Y desde Ella, haciendo Historia,
como los grandes maestros,
que viven en los recuerdos,
donde, perdura su Obra.
Dionisio Morillo Salgado.
Alumno de Cristo Rey.
Valladolid.
Promoción 1978».

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