La catástrofe más grande que le puede suceder a cualquier país es la guerra.
La guerra acaba consumiendo todas las energías de todos los que intervienen en ella. Degrada a los hombres, envilece las instituciones, destroza los recursos. Los efectos de la guerra no son comparables, no son justificables, con los fines pretendidos. A menudo estos fines son fútiles, inconcretos, injustos y de poca altura.