Hospital

25-06-07.
Has conseguido, veneno de cristal,
amoratar mi tiempo
y requemar este calor de odio,
hasta hospedarme en tu sábana de momia.
Ya sabes, veneno, de mi angustia
por tu pulcritud de muerte
y tu enfermera sonrisa
en cada palidez de ojos.

Visité tus paredes de sepulcro
y me reí de tu silencio seco,
veneno de la vida entre pijamas mudos,
entre pasillos largos y caras coloradas.
En esta habitación, salud y virus,
veneno del alcohol, quiero que sepas
que existe el beso vivo,
la lucha del amor, la rosa, el vino,
la luz y el mar azul. Existe el fuego.

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