La Vía del Sureste – 08

Por Manuel Almagro Chinchilla.

Las etapas

Día 1 de julio, Tíscar–Quesada, 14,7 km.

Abandonamos la plaza del Santuario y cruzamos la C-323 a la altura del lugar de El Vadillo, pasando sobre el río Tíscar, e iniciamos una fuerte subida hacia el puerto del mismo nombre, por una senda con un pronunciado desnivel, eludiendo la carretera. Las empinadas trochas y el sol pegando en las espaldas, que ya se dejaba caer como el plomo, empezaron a añadir peso a las mochilas. Coronamos el puerto, 1118 metros de altitud, donde existe una fuente con pilar, “Carboneras” de nombre, donde algunos desfogaron los primeros calores. Seguidamente, iniciamos la bajada, casi toda por la antigua senda aún existente. Llegamos 78 personas a Quesada, a la histórica Cruz del Humilladero de la entrada, importante hito peregrino y romero, ya que es el lugar donde oficialmente se recibe a la Virgen de Tíscar en las romerías. Casi todos los participantes eran de esta ciudad y se les entregó una credencial conmemorativa de la histórica jornada.

Fuimos generosamente acogidos en las casas de los quesadeños participantes, que no tenían intención de continuar la peregrinación. Me invitaron a comer mis amigas, las hermanas Amalia e Isabel: papas a lo pobre con pimientos, huevos fritos y pechugas de pollo. Comimos, descansamos y recibimos muchos favores, nunca suficientemente agradecidos.

Por la tarde, hubo un acto mariano en la iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo, con la Virgen de Tíscar. Después, devotas mujeres de la Cofradía de la Virgen organizaron una merienda‑cena con abundancia de tapeo de productos del lugar y bebidas, antes de retirarnos pronto a dormir al salón parroquial, ya que al día siguiente había que estar andando a las cinco de la mañana. Habíamos cubierto la primera de las 26 etapas que nos separaban de la Vía de la Plata. Un recorrido dominado por el intenso calor del mes de julio, y que, en adelante, nos obligaría como norma iniciar las jornadas entre las 4 y las 5 de la mañana, para finalizar antes del mediodía. Gracias a este método fue posible el éxito.

Quesada es una interesante ciudad serrana con un gran legado histórico, estando considerada como la “capital cultural” del Parque Natural de Cazorla. Es cuna del pintor Rafael Zabaleta, cuyas obras están expuestas en un gran museo junto a otras de pintores coetáneos suyos. Otro interesante atractivo de Quesada es la de contar con una villa romana, la de Bruñel, que se encuentra en sus proximidades.


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