Secreto a voces

09-01-2010.
Si por un solo instante el mundo fuera
lo que mi corazón presiente
‑nave, fiebre o disparo‑,
este otoño sería
un granero de dudas
o migajas de pájaros

para dar de comer
a las nubes rojizas.

La codicia del aire
que devora los árboles azules
‑hoy dorados y tímidos‑
deshojó la riqueza
de los frutos de agosto.
 
Si por un solo instante
tú fueras como el mundo,
este otoño en París
tendrías el enigma
resuelto con mi ausencia.
Hoy estoy junto a ti,
pero siempre distinto.

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