La Historia con Sonetos: LA GUERRA DE SUCESIÓN EN ESPAÑA

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LECCIONES DE HISTORIA

  1. LA GUERRA DE SUCESIÓN EN ESPAÑA

A la muerte sin descendencia de Carlos II de Austria, conocido como “El Hechizado”, se desencadena en España una Guerra de Sucesión, con dos aspirantes al trono: Felipe de Anjou, futuro Felipe V de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia, y el archiduque Carlos de Austria, hermano del emperador José I.

El temor del Imperio germánico, los Países Bajos y Gran Bretaña, ante una hipotética unión de las coronas de Francia y España, hizo que se aliasen en contra del candidato Felipe, pero las batallas de Almansa y, más tarde, las de Brihuega y Villaviciosa, en las que triunfó el candidato francés, inclinaron la guerra a favor del Borbón. Pero este desenlace no hubiera sido tan fácil sin la muerte del emperador José, al que sucedería su hermano, el archiduque Carlos, futuro emperador Carlos VI.

Ante esta circunstancia, Gran Bretaña, ante todo, y los Países Bajos, redujeron las ayudas económicas y militares al nuevo emperador, con el fin de establecer un equilibrio entre las potencias europeas, ya que para Gran Bretaña cualquier solución de unión de España, bien con Francia, bien con el Imperio, iba en contra de sus intereses.

Mientras tanto, en el ámbito territorial de España, se decantaban dos posiciones: una mayoritaria, que apoyaba la candidatura de Felipe de Anjou, encabezada por el reino de Castilla; y otra minoritaria, inclinada hacia el archiduque, cuyos partidarios residían mayoritariamente en los reinos de Araagón, Valencia y Mallorca, y en el Principado de Cataluña. Las razones de estas divergencias estaban ligadas a las distintas posiciones políticas de ambos contendientes, pues Felipe, como el reino de Francia, defendía un reino de España centralizado bajo la base de las leyes de Castilla, mientras que los dirigentes que apoyaban al archiduque defendía una política territorial más afín al carácter federal del Imperio, la misma que regía, hasta entonces, en España. (Acordémonos del fracaso de Felipe II en la persecución de Antonio Pérez, al refugiarse en el reino de Aragón donde el Justicia Mayor, Juan de Lanuza, hizo prevalecer ante el poderoso rey, los privilegios forales del secretario de Felipe II. Antonio Pérez huyó a Francia y Juan de Lanuza fue decapitado, por orden del llamado por algunos, el Rey Prudente).

Los Decretos de Nueva Planta aplicados a Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca no hicieron más que confirmar las políticas centralistas de Felipe V de Borbón, con las cuales homologó las leyes, deberes y derechos a las vigentes en el reino de Castilla. La resistencia de Barcelona y Mallorca no impidió, finalmente, la imposición centralizadora del primer rey borbón de la Corona española.

Los Tratados de Utrecht-Rastatt con los que se consiguió dar fin a la Guerra de Sucesión, dio como resultado la pérdida para España de todas sus propiedades en Europa: Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Flandes y el resto de los Países Bajos, aún en poder de España, más la isla de Menorca, luego recuperada, más la espina de Gibraltar, tan ligada a las exaltaciones patrióticas, que en este momento sigue perteneciendo a Gran Bretaña. También la pérdida de colonias en América, como Terranova, Nueva Arcadia y Bahía de Hudson, tierras hoy pertenecientes a Canadá, y la colonia de Sacramento, en el corazón de América del Sur, siempre en litigio y en este tratado cedida a Portugal.

Con estos tratados, España pierde definitivamente su condición de potencia privilegiada que había ostentado desde el siglo XVI.
 

  1. GUERRA DE SUCESIÓN EN ESPAÑA

Tras la pronta muerte del Hechizado
estalla una guerra internacional
que barrería el poder imperial,
por tierras de Europa diseminado.
 
Frente a frente, el austríaco y el borbón
echan a suerte el destino de España,
en una guerra civil cruel y extraña,
que sembró el solar de desolación.
 
Almansa, Brihuega y Villaviciosa
a Felipe en el trono coloca,
y la paz de Utrecht la partida glosa.
 
España a la inanidad se desboca,
y la Nueva Planta intervencionista
transforma el nuevo Estado en centralista.

Autor: Juan Antonio Fernández Arévalo

Juan Antonio Fernández Arévalo: Catedrático jubilado de Historia

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