(Caravaggio,1606)
El Arte da un salto al naturalismo
de un Caravaggio que rompe con todas
las amarras de las fugaces modas,
creando estilo propio: el tenebrismo.
Luz y sombras en contraste violento
donde María es una ¿prostituta?
que, con el halo virginal, transmuta
en icono de verdad y lamento.
Personajes de extremada pobreza,
viejos y descalzos, con la crudeza
de los pobres, son los acompañantes
en un sepelio triste y desgarrado;
y una intensa luz y un rojo brillantes
cubren los dignos rostros humillados.