(Tiziano, 1538)
Excitante, soberbia y luminosa,
Tiziano trasciende mitología
y nos obsequia con la altanería
de una sensual Belleza, esplendorosa.
Un regalo del de Urbino a su esposa,
y una mujer real en sintonía
con el amor y su simbología,
que quiebra el idealismo de la diosa.
Una modelo plena de erotismo,
febril juventud de carne dorada,
con una sutil e insinuante mano
que acerca la Venus al Manierismo.
Frente a Boticelli, nueva mirada
con la luz y el color del veneciano.