Por Fernando Sánchez Resa.
¡Cómo ha cambiado el panorama de las vacaciones estivales en España; nada que ver con los veraneos de antaño! Antiguamente, eran los ricos los que pasaban el estío en San Sebastián o el norte de España y hasta estaba mal visto venir quemado como un agricultor de campo. El color blanquito en la piel y en el rostro era señal inequívoca de pertenecer a la clase alta. Ahora es todo lo contrario: en cuanto más moreno estés, mejor habrás veraneado y tendrás más prestigio social (o al menos así se cree o lo parece); y eso que ya estamos más que alertados de los cánceres de piel que se producen todos los años por su culpa. Y es que las modas y su publicitación deformadora van transformando y cambiando los cánones de belleza, las costumbres, los modos de vida, etc., siempre de forma partidista.