Por Manuel Serrano Moreno.
Éste es el manifiesto redactado por lo alumnos de 5.º y 6.º de Primaria en el colegio Loyola de Aranjuez y que leerán en la celebración del Día Internacional de la Paz el próximo 31 de enero.
La paz es una palabra muy bonita que las personas nos empeñamos muchas veces en manchar.
Como vemos en los periódicos y en la televisión, en el mundo hay mucha violencia y muchas guerras, ya que las personas parecemos incapaces de vivir en paz todos juntos.
La guerra nos perjudica a todos y todos pierden en ella, tanto los vencedores como los vencidos. Nada se arregla con la violencia. Los problemas se pueden arreglar hablando, con paciencia, con tranquilidad.
Debemos solucionar nuestros problemas y defender nuestros derechos y nuestras ideas, pero sin hacernos heridas unos a otros, sin hacernos agresiones.
Nosotros solemos pensar que quienes hacen la guerra son solo los de Iraq. Pero no. Nosotros también hacemos la guerra cuando nos peleamos, nos insultamos…
En el ambiente familiar también debemos practicar la no-violencia y aprender a ser solidarios y portarnos bien con los demás, escucharlos y respetarlos, porque todo eso es un camino para encontrar la paz.
La paz es querernos entre compañeros y ayudarnos entre todos y no hacernos daño.
La paz es tratar a los demás como queremos que los demás nos traten a nosotros.
La paz es la mejor forma de convivir, porque significa tranquilidad, amistad y muchas cosas más.
La paz nos enriquece, porque es buena y saludable. La paz es hermosa.
En el diccionario pone que “paz” significa ausencia de guerra. Para nosotros la paz significa que todos convivamos sin enfrentamientos, sin racismo, aceptándonos unos a otros aunque seamos diferentes.
Voy a contaros una fábula:
En un lejano bosque existía un pequeño colegio. Sus alumnos, los zorros, acudían diariamente a él.
Había un grupo de zorros que no contaba con la amistad del resto, porque solo pensaba en hacer rabiar a los demás. Otra banda era todo lo contrario, porque se dedicaba a hacer amigos y divertirse todos juntos.
A finales del otoño llegó al colegio un alumno nuevo: un topo. El topo era muy tímido y le costaba mucho hablar con los demás.
El segundo día de estar en el colegio, cuando salieron al recreo, los zorros guerreros empezaron a tirarle piedras y a burlarse de él, imitando sus movimientos torpes al andar. Pero el resto de los zorros defendieron al topo y consiguieron que los otros le pidieran perdón.
Desde aquel día nuestro amigo el topo ya siempre se pudo quedar a jugar al fútbol con los demás, cuando terminaban las clases, y se volvía a casa con su amigo el conejo, que también había ido nuevo al colegio y tenía la madriguera por allí cerca, en la orilla de un riachuelo.
Moraleja:
Trabaja por la paz ayudando a que todos podamos jugar juntos. Algún día tú puedes ser el diferente.
Si el símbolo de la paz es una paloma, ¡seamos todos palomas de la paz! Volemos libres para conseguir una gran meta: conseguir ese gran sueño que todos deseamos: LA PAZ MUNDIAL.
¡VIVA LA PAZ!