Por Dionisio Rodríguez Mejías.
“La batalla del lenguaje” ―el genial artículo de Jesús Ferrer, publicado en esta página el pasado viernes― me ha traído a la memoria una anécdota que oí contar hace unos años, y que todavía me hace reír cuando la recuerdo. Se celebraba la fiesta que cada verano organizan los empresarios gallegos en el puerto de Barcelona. Me había invitado Julio Fernández Rodríguez, con el que coincidí, a principio de los años setenta, en una inmobiliaria de la Gran Vía barcelonesa. Entonces yo hacía mis primeros pinitos como vendedor y él era ya jefe de ventas. Con el tiempo, Julio llegó a ser accionista mayoritario y presidente de FILMAX, la famosa productora cinematográfica.