Por Dionisio Rodríguez Mejías.
No sé adónde llegaremos por el camino que llevamos; pero, sinceramente, no me gusta. «Por hipocresía ―decía don Francisco de Quevedo―, llaman al negro, moreno; trato, a la usura; a la putería, casa; al barbero, sastre de barbas; y al mozo de mulas, gentilhombre del camino». Una cosa es que, por amabilidad, tratemos de suavizar algunos términos del lenguaje; y otra, muy diferente, que se nos trate de confundir para que creamos que el norte es el sur y que el sol sale por el oeste. Cuando se pierde el sentido de la orientación, es decir, cuando corremos sin rumbo de un sitio para otro, sin distinguir el bien del mal, se produce una confusión y un desconcierto en la sociedad que nos lleva al desastre.