Por Jesús Ferrer Criado.
De pronto, en el departamento, algún impaciente decide ver qué le ha echado su madre en la fiambrera. Es el toque de fajina. Inmediatamente, le seguimos todos. Hay un cruce de exclamaciones, preguntas y pequeños comentarios:
—Oye, a ti ¿qué te han puesto?
—Jamón, ¿y a ti?
—Espera que lo abra. Parece fritada de carne.