Por José María Berzosa Sánchez.
2010.
LÍRICA
Género literario, escrito normalmente en verso, en que el autor expresa sus sentimientos de manera sincera y bella para conmover al receptor.
Anacreóntica. Composición poética en que se canta a los placeres del amor, del vino y otros análogos, con ligereza, gracia y buen gusto.
¿Quién es aquel que baja
por aquella colina,
la botella en la mano,
en la boca la risa,
de pámpanos y hiedra
la cabeza ceñida,
cercado de zagales,
rodeado de ninfas,
que al son de los panderos
dan voces de alegría,
celebran sus hazañas,
aplauden su venida?
Sin duda será Baco,
el padre de las viñas.
Pues no, que es el poeta
autor de esta letrilla.
José Cadalso: “Ocios de mi juventud”.
Balada. Composición en verso, dividida en estrofas, en que se relatan sucesos legendarios o tradicionales.
Venid los que nunca fuisteis a Granada.
Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.
Rafael Alberti: “Balada del que nunca fue a Granada”.
Canción. Composición de varias estrofas o estancias, entre cinco y veintisiete, que se repiten en su forma, entre seis y veinte versos, con libertad en la naturaleza de su rima, del número de sílabas por verso, y de su disposición; si bien, es obligado repetir la de la primera estrofa. Cada estancia tiene tres partes diferenciadas: el inicio, la vuelta y el final.
Inicio:
Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa.
Aquí de Cipión la vencedora
colonia fue: por tierra, derribado
yace el temido honor de la espantosa
muralla, y lastimosa
reliquia es solamente.
Vuelta:
De su invencible gente
Final:
sólo quedan memorias funerales,
donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Este llano fue plaza, allí fue templo:
de todo apenas quedan las señales
del gimnasio y las termas regaladas
leves vuelan cenizas desdichadas.
Las torres, que desprecio al aire fueron,
a su gran pesadumbre se rindieron.
Rodrigo Caro: “Canción a las ruinas de Itálica”.
Cantar. Breve composición poética, como la cuarteta de romance, de una seguidilla, de una redondilla o de otras combinaciones, que sirve de letra en las canciones populares.
Águila que dio tal vuelo,
también volará al cielo.
Águila del bel volar
voló la tierra y la mar;
pues tan alto fue a posar
de un vuelo,
también volará al cielo.
Gil Vicente: “Poesía”.
Égloga. Composición poética que da una visión idealizada del campo, a través de pastores que dialogan sobre sus sentimientos.
El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
Garcilaso DE LA Vega: “Égloga primera”.
Elegía. Composición en que se lamenta la muerte de una persona o cualquier otro acontecimiento triste.
Te fuiste marinerito,
en una noche lunada,
¡tan alegre, tan bonito,
cantando, a la mar salada!
Rafael Alberti: Marinero en tierra.
Endecha. Romance, en versos de siete sílabas, sobre destierros, ausencias, desamor e infortunios.
¡Pobre barquilla mía
entre peñascos rota,
sin velas desvelada
y entre las olas sola!
¿Adónde vas perdida,
adónde, di, te engolfas,
que no hay deseos cuerdos
con esperanzas locas?
Lope Félix DE Vega: La Dorotea.
Epigrama. Composición poética breve y aguda que expresa un pensamiento alegre o satírico.
A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser:
pequeño, fácil, picante.
Tomás de Iriarte.
Himno. Poesía hecha para honrar a un hombre, o una institución, o para celebrar una victoria u otro suceso memorable.
El tiempo duramente acumulando
olvido hacia el cantor, no lo aniquila;
siempre joven su voz, late y oscila,
al mundo de los hombres va cantando.
Luis Cernuda: La realidad y el deseo.
Letrilla. Es una variante del villancico, en cuanto a su contenido, pues es burlesco e incluso satírico.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Luis de Góngora: “Letrilla burlesca”.
Oda. Composición lírica, de asuntos muy diversos y muy diferentes tonos y formas, que se divide en estrofas.
Porque por ti pintan de azul los hospitales
y crecen las escuelas y los barrios marítimos,
y se pueblan de plumas los ángeles heridos,
y se cubren de escamas los pescados nupciales,
y van volando al cielo los erizos:
por ti las sastrerías con sus negras membranas
se llenan de cucharas y de sangre,
y tragan cintas rojas, y se matan a besos,
y se visten de blanco.
Pablo Neruda: Residencia en la Tierra, “Oda a Federico García Lorca”.
Sátira. Composición en verso o en prosa, que censura acremente o pone en ridículo a personas o cosas.
Dícenme, don Jerónimo, que dices
que me pones los cuernos con Ginesa;
yo digo que me pones casa y mesa,
y en la mesa capones y perdices.
Yo hallo que me pones los tapices
cuando el calor por el octubre cesa;
por ti mi bolsa, no mi testa, pesa,
aunque con molde de oro me la rices.
Este argumento es fuerte y es agudo:
tú imaginas ponerme cuernos; de obra
yo, porque lo imaginas, te desnudo.
Más cuerno es el que paga que el que cobra;
ergo aquel que me paga es el cornudo,
lo que de mi mujer a mí me sobra.
Francisco de Quevedo: “Poesía satírica”.
Serranilla. Composición lírica escrita en versos de arte menor, de ambiente popular o rústico y asunto frecuentemente erótico.
Díxome la moça:
«Pariente, mi choça
el qu’en ella posa,
conmigo desposa,
é dame soldada».
Yo l’ dixe: «De grado;
mas yo so cassado
aquí en Ferreros;
mas de mis dineros
darvos hé, amada».
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita: Libro de buen amor.
Soneto. Composición en cuatro estrofas: dos cuartetos o dos serventesios, más dos tercetos. El esquema más frecuente es abba abba cdc dcd; pero existen diferentes combinaciones de rimas, tanto en los cuartetos como en los tercetos. El verso más utilizado es el endecasílabo; pero también aparecen otros de arte mayor. Cuando los versos son de arte menor, el poema se denomina sonetillo, y las estrofas pasan a ser redondillas o cuartetas, más tercerillas.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo: “Sonetos a Lisi”.
Villancico. Composición escrita en octosílabos o hexasílabos, formada por un estribillo de dos a cuatro versos y una estrofa de seis o siete, cuyos últimos versos coinciden con todos o alguno del estribillo. Diferentes estrofas darán siempre entrada al mismo estribillo.
«Nadi puede ser dichoso,
señora, ni desdichado,
sino que os haya mirado».
Porque la gloria de veros
en ese punto se quita
que se piensa mereceros,
así que sin conoceros,
nadi puede ser dichoso,
señora, ni desdichado,
sino que os haya mirado.
Garcilaso de laVega