Doble evento, 1

Por Fernando Sánchez Resa.

Cuando, hace mes y medio, recibí la comunicación (por correo electrónico) de Paco Bordés, referente a las actividades programadas conjuntamente para la conmemoración del 75 aniversario de la apertura del centro de Úbeda y el IV encuentro AA AA de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, me alegré de veras recordando aquel proverbio aprendido en la escuela primaria, en boca de mi querido maestro, don Juan: «La unión hace la fuerza y la discordia la debilita» (Esopo), por lo que me hice el firme propósito de asistir, pues esta doble confluencia no volvería repetirse.

Si el día anterior había vivido intensamente lo programado por la comisión de los antiguos alumnos (http://www.aasafaubeda.com/index.php/escritos/20-acontecimientos/4105-ube-y-zara), en esa soleada mañana sabatina no me quería perder lo programado, por lo que me personé en la Safa de Úbeda para palpar y disfrutar de las actividades programadas con motivo de este doble evento.

Comenzó todo con la bienvenida y recepción de los asistentes, a partir de las 9:30 h, para proseguir con una espléndida eucaristía, a las diez, en el impactante y luminoso templo de los jesuitas, donde el párroco, Eusebio Figueroa Mora, un escogido ramillete de antiguos y actuales alumnos y profesores, el coro de la Safa y multitud de asistentes marcaron un nuevo hito religioso de hermanamiento, teniendo el detalle de acabar la celebración religiosa con la salida, a los pies del altar mayor, de escogidos asistentes que exclamaban, mientras allí se dirigían, con alegría y alborozo: «Gracias», como muestra verbalizada de los 75 años de andadura safista ubetense y a los que toda la asamblea cristiana premió con un sonado aplauso. Para finalizar, un sentido canto a la Virgen, mediante su salve, encendió los corazones, prendiendo la nostalgia del pasado vivido en estos lares…


Luego, llegó la deslavazada foto de grupo, tan difícil de barajar, en la que diferentes aficionados o profesionales de la cámara hicieron todo lo mejor que supieron para inmortalizar a esa marabunta de gente, entre los que destacaba el incombustible safista Pepe Aranda (de quien he tenido la amabilidad de recibir las magníficas fotos que ilustran este artículo); mientras Eduardo Jiménez Torres, micrófono en mano y haciendo gala de su acendrado y característico amor a su Úbeda, iba a la caza y captura de algunos señeros safistas para entrevistarlos, a vuela pluma, ante el gentío que se agolpaba a la salida del templo y en los patios de entrada.

Seguidamente, todos pasamos al salón de actos, mientras nos acomodábamos en sus asientos, tras departir afablemente un buen rato. Eran las 11:40 h cuando tomó la palabra el director gerente de la Safa de Úbeda, Víctor Pérez Cárdenas, dando la bienvenida a todos y leyendo un compacto y completo discurso recordando los orígenes y fundación de esta institución ubetense, las actividades llevadas a cabo con motivo de este aniversario y ponderando los valores que siempre han arraigado en la Safa, pero que cada día son más difíciles de mantener: generosidad, entrega, servicio a los demás, perseverancia…; y más hoy en día que prima la necesidad de la inmediatez y el egoísmo a ultranza. Se sinceró diciendo que pensaba en los malos tiempos que se avecinan a la enseñanza concertada, pero que es necesario afrontarlos atendiendo a la diversidad de alumnado que se presenta en las aulas, para poder seguir manteniendo esta institución.

Después se proyectó, en la gran pantalla que había encima de la mesa presidencial, un power point con fotos antiguas, en blanco y negro, y más recientes, a color, con música sumamente evocadora y nostálgica de lo que ha constituido la Safa de Úbeda hasta la fecha, con un texto precioso y sugerente. Después, salió (en pantalla) un avión de papel que fue sobrevolando un campo sembrado de hechos y objetivos. Finalmente, cambió la música y llegó a su fin; entonces es cuando apareció una niña que invitaba (haciendo mostraciones con su brazo) a entrar por la puerta principal a nuestra querida Safa ubetense.

A continuación se produjeron una serie de intervenciones destacadas que como están, en su mayoría grabadas o publicadas en la web Amigos SAFA (http://recreo.es//ohttp://recreo.es//), gracias a la deferencia de Pepe Aranda, no quiero reproducirlas sino dar unas leves pinceladas, siempre bajo mi particular punto de vista y opinión.

Fue sumamente graciosa, evocadora e interesante la intervención de uno de los escasos alumnos fundadores de la Safa de Úbeda que nos quedan, Ignacio Escobosa Maeso, tanto en su original presentación, según le enseñaron sus maestros: «Me llamo Ignacio Escobosa Maeso para servir a Dios y a ustedes», como en su sabroso discurso al estilo radiofónico, contando su epopeya vital, salpicándolo de interesantes anécdotas que hicieron reír, vibrar y aplaudir al público desaforadamente. De las muchas que podría destacar me quedo con ésta: «Si actualmente está la generación “ni-ni”, que ni estudia ni trabaja, yo fui, durante mi infancia y adolescencia, de la generación “es-tra”, pues tenía que estudiar y trabajar». Remató su intervención exclamando que había vivido un día maravilloso, habiendo disfrutado mucho cantando la salve en la iglesia, a pesar de que hacía 75 años que no lo hacía, aunque aún se acordaba…

A continuación llegaron al estrado, de la mano de la joven y dulce presentadora, al igual que el resto de intervinientes de la primera parte, el presente y el futuro del colegio Safa ubetense, representados, respectivamente, por Francisco Javier Alvar Urrutia y Gonzalo García Almagro. El primero leyó un discurso agradecido, gracioso y detallista, comentando las actividades realizadas por su promoción que este curso se despide, a sus 18 años, formando un vínculo de unión con ese niño que empezó (este curso) su andadura escolar a sus 3 años. Ambos interpretaron un role playing (técnica en la que se simula y representa una situación de la vida real), marcándose como hecho futurible encontrarse ambos en el centenario, para terminar exclamando: «¡La Safa es el mejor colegio del mundo…!».

Después, llegó el insigne maestro jubilado Juan Ramón Martínez Elvira, de la promoción de magisterio del 67, que fue nombrado hijo predilecto el pasado 26 de febrero por la corporación municipal, tras haber leído (la presentadora) su extenso currículum personal y profesional, destacando su versatilidad cultural e histórica para mostrar su ciudad natal.

Juan Ramón, tras saludar a todos y agradecer haber sido elegido para este menester, con motivo del 75 aniversario que celebramos, hizo un detallado recorrido del noviciado de su infancia y juventud en este centro, hasta jurar los solemnes votos de la docencia, haciéndose maestro. Prosiguió relatando su épica profesional fuera de Úbeda, hasta que volvió a sus orígenes como docente, a la Safa de Úbeda, para jubilarse tras 30 años de entrega total en ella. Fue pormenorizando la evolución de esta escuela de infantil y primaria de la Safa ubetense: recordando maestros y compañeros ejemplares y las diferentes actividades escolares y extraescolares realizadas, trabajando siempre la diversidad discente; marchando al unísono la plantilla docente y el personal de servicios; y contando las muchas ventajas que tuvo al ser maestro de prácticas con estudiantes de magisterio; siempre evocando tiempos muy gratos en los que la entrega de todos fue total; sin olvidar ir desgranando los muchos valores que aquí se aprendían y enseñaban. Aprovechó para puntualizar que no se exigía carné ni credo para ingresar en esta institución, ni como alumno ni como maestro. En lo privado y personal aquí nadie se metía. También recordó la escuela de verano Safa y la escuela de padres, ECA, que tantas simpatías provocó en todos los colegios nacionales. Y no queriendo decir cosas negativas, terminó dando las gracias a todos, autoridades y público presente, «por haber estado escuchando sus sosas y escuálidas batallitas».

fernandosanchezresa@hotmail.com

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