Por Mariano Valcárcel González.
Fue noticia unos días el caso de un niño japonés, de siete años, al que sus padres, pretendiendo darle un escarmiento, abandonaron en una carretera cercana a un bosque; se supone que, luego de aparentar dejarlo solo, volverían a por él. Volvieron, sí, pero hete que el nene se había esfumado. Se temió lo peor. Siete días, como sus años, se tardó en encontrarlo. Vivo. Él se había buscado la vida…