Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Como una droga.
Me preocupó verla beber de aquella manera. Bebía con ansia, con pasión. A veces se derramaban algunas gotas de su copa y le caían en el vestido, sin que le concediera al hecho la menor importancia. Estaba con la mirada perdida, pálida y en silencio. Me dio miedo verla así. Hay cosas que no necesitamos preguntar: es suficiente con fijarse en los detalles.