Ocaso en la ciudad

Por Pedro Pablo Vico Robles.

La tarde es oro puro en la terraza.

El sol ya se va yendo en lejanía…

y yo siento en el alma epifanía,

de belleza, de luz y de bonanza.

Azul del cielo y oro incandescente.

El sol que ya se marcha, destellante,

cae sobre los campos, lentamente,

y el día va cayendo rutilante.

¡Ocaso en la ciudad, cuando la miro!

La luz se va ocultando en la arboleda;

la nostalgia, en mi corazón navega,

cuando yo vuelvo a la infancia y suspiro…

Y veo la plazoleta en mi mente,

que exhala su belleza dulcemente.

 

pedrovico24@hotmail.com

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