Actualmente, con la ayuda de la física podemos conocer la concentración de iones beneficiosos que existen a la orilla de un río, y es muy probable que, dentro de poco, también se pueda medir el estado de alegría que sentimos al pasear por estos ambientes.
Los meandros del curso medio del Guadalquivir tienen una altísima concentración de iones con propiedades curativas, capaces de neutralizar los radicales libres nocivos que hay en el aire. Algunos de esos meandros están poblados de eucaliptos, un árbol que llegó a España en la época victoriana, de la mano, principalmente, de misioneros españoles en Australia.