En mi pueblo, como no había bomberos, cuando se declaraba un incendio había que buscar a los albañiles del ayuntamiento y luego cargar de agua una camioneta con cisterna, con lo que se tardaba lo indecible y siempre se llegaba tarde al siniestro.
Ahora, políticamente, en España se llega tarde, muy tarde ya, para apagar los incendios sobrevenidos.